domingo, 1 de agosto de 2021

LA OTRA CARA DE LA BECA WALTON Y... ¿UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL? | Walton International Scholarship Program (WISP)



















EDITORIAL


Por Cristhian Rodriguez

NOTICE: For english speakers, there's a translation tool in this blog so you can read it in English. Thanks and happy reading! :)

La beca Walton es una beca que se comenzó en los años 80 de la mano de la familia Walton, dueños del conglomerado de tiendas retailer Walmart, en búsqueda de apoyo económico para incentivar a jóvenes a ir a estudiar a Estados Unidos para que a su salida de sus estudios universitarios ayudaran sus países de diversas maneras para desarrollar la region centroamericana. México fue consecuentemente añadido a este programa años después.

Yo me enteré de este programa en 2018 de una forma muy fortuita y hasta mágica podría decir. Participé y apliqué a todo el proceso, y por obra y gracia de Dios y sus fuerzas del universo, fui seleccionado por el Dr. William Clary en 2019. Siempre estaré sumamente agradecido con el Dr. Clary por haber elegido personas que de verdad lo necesitaban, ya que en mi generación de becados, todas las personas que venimos veníamos de tener en nuestros países altas dificultades económicas y para estudiar en nuestras zonas. No lo digo simplemente porque me eligió a mi, lo digo ciertamente porque siento que todas las personas que vinimos de esa generación venimos de zonas humildes de nuestros países, barrios e incluso aldeas. Siendo totalmente honesto, la vida me tenia preparada esta bondadosa oportunidad. Si hubiese participado solo un año después, les aseguro, casi con 100% de certeza, que yo no hubiese sido elegido, y he allí, comienza la otra cara de la beca Walton.

En 2019, justo cuando llegue a la universidad, hubo cambio de director de la beca en mi universidad, y pasó otra persona a dirigir la beca. De esto debo ser muy conciso y neutral a la hora de decir que no todo estuvo mal en la gestión que ella tuvo durante estuvo en su puesto, pero si dejó mucho que desear. La cuestión de omitir su nombre más que por algún temor a represalias o consecuencias hacia mi, es más por su propio beneficio y protección de su privacidad.

Antes de todo, voy a comenzar recalcando lo positivo que tuvo la gestión, y es que, al menos tuvimos un poco de tranquilidad y estabilidad, y no se sintieron muchas restricciones en cuanto a las oportunidades que los becados podemos tener aquí en nuestra estancia en la universidad. Esto no es algo que yo pude experimentar pero que los becarios que tuvieron la oportunidad de tener diferentes directores me contaron, ya que en direcciones anteriores había mas hermetismo y menos chances para los becarios en algunas libertades durante nuestra estancia, como ser internships y otras actividades extracurriculares.

No soy quién para juzgar, y sé que cada quién libra sus propias batallas y dificultades, pero así como ella seguramente pudo tener sus dificultades, nosotros también así lo hicimos, aún más en 2020, año en que la pandemia golpeó a todo el mundo. Durante 2020, yo a modo personal me sentí solo, pero sé de forma directa que muchas más personas se sintieron así, y digo solo en el sentido que nos quedamos a nuestra merced. Si, con lo básico; pero sin apoyo y sustento. En mi opinión, ser director o directora de la beca Walton va más allá de solo ser bueno gestionando las finanzas de la beca, y todo lo técnico y burocrático que el cargo amerite. Es como decir que la única función de un maestro sea evaluar y calificar estudiantes. 

Cuando se trata de puestos en ámbitos de educación, la relación del puesto de la persona, más aún en cargos de dirigencia, va más allá de simplemente gestionar lo técnico y burocrático, ya que siempre se trabaja en torno a estudiantes. Siento que una persona que esté en el puesto de director o directora de la beca Walton debe ser una persona apasionada por el programa, con ganas de vernos superar y sacar el máximo provecho de esta oportunidad tan grande y única, y de ayudarnos en las dificultades que tengamos, porque no es fácil dejar la vida que uno ha forjado durante toda la vida, viajar 3.000 km o más, y sentirnos vulnerables y solos porque no hay un liderazgo fuerte y la voluntad y pasión de ayudarnos.

Aparte de mi opinión acerca de la dirigencia de la beca Walton específicamente en mi universidad, aunque aplica a cualquier puesto de dirigencia que la beca Walton requiera, quisiera hablar de otras cosas importantes que me han parecido, cuanto menos, injustas y que merecen de mas equilibrio y balance.

Para empezar, algo que me molestó descubrir, es el hecho de cuán difícil es conseguir la beca cuando se está aplicando a la carrera de Education, y aún más difícil el camino que hay que labrar cuando ya se estudia la carrera aquí. Ni la beca, ni nadie, informa a los aplicantes todo lo que requiere hacer un Education major para graduarse de la universidad. Ni los directores, ni las personas que hacen los reclutamientos advierten a los aplicantes de esta major que al llegar aquí se van a topar con la realidad de los obstáculos que hay para graduarse. Nadie les va decir que para poder graduarse con major de Education, se tienen que hacer 9 exámenes en el junior/senior year, los cuales valen cada uno entre $60 y $170 dólares. Nadie dice también que hay que hacer una tipo “pasantía” en una escuela local, la cual requiere tener aprobados todos y cada uno de los exámenes arriba mencionados, y que hay que conseguir la licencia de Education para el estado en el que estás, o sea Arkansas, y que como esa licencia prácticamente quedará “inservible”, puesto que un Walton es requerido a volver al país de origen al terminar los estudios, la beca pareciera no importarle mucho que logren esto los estudiantes de Education.

Pero lo que más me molesta en torno a este problema con la “Education major” es que los directores y los reclutadores en cada país, aún sabiendo las dificultades que tienen las personas que quieren estudiar Education tienen, siguen poniendo Education como opción cada año en el formulario de aplicación, y en efecto, los que ponen de opción la carrera de Education, automáticamente quedan fuera del proceso. Un sueño, una oportunidad, quedan borradas, arrancadas de la vida de cientos de personas que seguramente aplican cada año. Y sé por fe que simplemente dejan fuera del proceso a los que eligen Education porque en dos años que tengo de estar aquí, y en dos generaciones que han venido a la universidad, ninguna persona tiene como major Education. ¿Por qué simplemente no quitan la opción de Education de la beca? Así las personas tendrían chance de elegir una segunda opción como major, pero no cortando así su oportunidad de esta beca.

Añadiendo más problemas, no hay consenso en la edad máxima para aplicar a la beca. Hay países en los que la edad máxima es 23 años, y en Honduras por ejemplo, es 21. Siento que eso es darle más oportunidades a unos que a otros, por lo que un consenso de edad de todos los países sería lo ideal para evitar esas situaciones.

Otro de los problemas de la beca Walton, son las “injusticias” que pueden haber a la hora de traer becados. No tengo ni idea de cual es el proceso que tienen los directores a la hora de elegir quién viene y quién no, pero de lo que si estoy seguro, es que muchas veces la balanza no está bien equilibrada. 

Vuelvo y repito, yo tuve mucha suerte que el año en que apliqué estuvo una persona que valoraba mucho el mérito de la persona y el esfuerzo y lucha que esta pudo llevar a lo largo de su vida, y siento que esto es algo que quizá debería prevalecer a la hora de escoger a un futuro Walton. No es primera vez que escucho que muchas veces se han traído personas que no necesitan la beca, principalmente por cuestiones económicas. 

Desde mi primer semestre aquí en campus escuché comentarios que, aunque no pueda confirmar, tampoco me extrañaría. Becarios que son hijos de políticos o familias de clase alta, cuya necesidad de una ayuda económica como lo es una beca es poca o prácticamente nula. Incluso, para prueba de que no solo yo y personas que me rodean afirman esto, en el artículo “La incertidumbre de la Walton” escrito por Susana Lezcano, ex-becaria del programa y al menos por aquel entonces del artículo, reclutadora, se habla mas de ello. Ya por 2011, año de publicación de su artículo, ella recalcaba que “Se supone que la fórmula mágica para un posible becado Walton es que no tenga un ingreso familiar alto, que sea buen estudiante, y que su inglés le permita por lo menos defenderse en sus clases.” Claramente esto se ha ido transformando poco a poco, y más bien pareciera, que depende de cada director y su forma de ver la beca más que “estatutos” o lineamientos generales para elegir un becario. 

Lezcano añade que “Se supone que una de las prioridades de la beca es ofrecerle una formación académica a estudiantes que de otra forma no tendrían acceso a ella, ni siquiera en su propio país. El ejemplo que siempre se me viene a la mente es la de un compañero que tuve que creció en un vertedero en Guatemala, pero así mismo como escogieron a mi compañero, también tuve una compañera Walton cuyos dos primos, hijos de un prominente político hondureño, fueron a la misma universidad que nosotros.” Aquí vemos como la beca Walton se puede convertir en un vórtice de injusticias, trayendo personas que quizá no merezcan ni necesiten una oportunidad así porque su situación económica en su país es lo suficientemente buena como para pagar incluso la universidad privada más costosa, y así, se dejan por fuera quizá cientos de personas de recursos más limitados y con más méritos académicos y extracurriculares.

A mi parecer, la beca Walton debería priorizar la necesidad económica en combinación con el mérito que el aplicante tenga de acuerdo a los esfuerzos que ha realizado en su vida. Dr. Clary trajo una generación de becarios Walton diversa pero con un factor que, a mi opinión personal, nos describe a todos: nuestros méritos añadido a las dificultades económicas que teníamos al momento de aplicar sopesaban por sobre lo demás, a la par que todo el esfuerzo y recorrido que hicimos para llegar donde llegamos. Personas que, en todos los casos, teníamos dificultades económicas, o que no nos abundaba el dinero en bruto, y que nuestros padres tenían trabajos normales que apenas daban el salario para ajustar finalizar el mes con mucho esfuerzo. Particularmente en la forma de seleccionar becados, me gustó mucho el hecho de que muchos de los becarios que Dr. Clary trajo, eran personas de zonas humildes, así como también becarios pertenecientes a la etnia maya, trayendo una diversidad increíble a Ozarks.

A modo personal puedo decir que yo tampoco tenía medios para pagar una universidad privada en Honduras. Apliqué a una y me rechazaron, y me ofrecieron media beca en otra universidad privada en la que estuve un solo semestre. Mi papá hacía el esfuerzo por hacer los pagos mensuales, pero yo ya estaba haciendo papeleo para trabajar y poder costear esos gastos y ayudar también. Gracias a Dios en esos tiempos me llegó la noticia sobre la beca y ese fue mi único semestre allí. Gracias a Dios también que mi familia siempre ha sido estable, nunca nos ha faltado pero tampoco nos pudimos nunca dar lujos, viajes y paseos o venir a pasear a los Estados Unidos o cualquier otro país del mundo solo porque si. Mi primera vez fuera del país fue gracias a una beca de intercambio cultural a Estados Unidos en 2018, y si no fuera por la beca Walton, esa hubiese sido mi última vez en Estados Unidos por un buen tiempo.

Ganar mucho dinero, ser pudiente, ser dueño de empresas y pasear por todo el mundo no tiene nada de malo, pero que las becas se den a personas que pueden perfectamente pagar universidades privadas de sus países o que incluso se pueden dar el lujo de pagar universidades privadas en otros países como Estados Unidos, lo veo como un desperdicio total.

Siento que una gran parte de el excelente trabajo del Dr. Clary con la elección de las 2 generaciones de estudiantes que trajo fue lo empapado que el estaba con la cultura Latina, y en especial con la de países de Centroamérica. Dr. Clary es el estadounidense más Latino que yo he podido conocer en mi vida. Un español el cual es prácticamente imperceptible a diferencias del de un nativo, y un intelecto y conocimiento de nuestra cultura como ningún otro. Dr. Clary es actualmente profesor de Español y cultura Latinoamericana en University of the Ozarks. Siento que una persona que desempeñe el cargo de director de beca debe ser así, empapado de nuestra cultura y también consciente de las dificultades, problemas y realidades de los países de nuestra región, he aquí la luz al final del túnel.

Recientemente fue notificada la persona que estará desempeñando el cargo de director de la beca Walton, la cuál será una mujer latina, originaria de Panamá. Tengo muchas buenas expectativas y espero que haga una excelente gestión mejor que ninguna otra. Mis mayores deseos a la nueva directora de la beca Walton.

Si llegaste hasta aquí es porque te ha interesado todo hasta ahora, y quizá seas una persona que actualmente está en la beca, o una persona que está buscando una oportunidad y ve la Walton como opción. Si lo último es lo que te identifica, decirte que lo que menos quiero es desalentarte o hacerte ver como si la beca Walton es mala o que no vale la pena aplicar. Al contrario, es una oportunidad única en la vida y te exhorto a aplicar a esta grandiosa oportunidad. Si algo me motiva escribir esto es para hacer notar los errores e injusticias que siento que la beca comete a través de la dirigencia en las universidades, o al menos personalmente la que ha habido en la mía, y también de sus reclutadores y/o las personas que dirigen el reclutamiento en cada país. Al final de cuentas cada país es diferente así que no sé como manejan las cosas en otros países. 

Grandes cambios comienzan con pequeños pasos, y espero que este sea uno de esos pequeños pasos que guíen hacia un mejor futuro. No sé que tanta repercusión tenga este artículo ni que tan positivamente se reciba mi opinión sobre todo esto, pero definitivamente era algo que no me podía callar, menos aún estudiando una carrera como la mía que es Communication Studies, no le haría honor a mi vocación si quedarme callado fuera una opción. También vale la pena aclarar que en ningún momento este artículo pretende atacar a alguien en específico de forma personal.

Este artículo editorial es resultado de dos años de pertenecer al programa y de cada vez entender más cómo funcionó (o no) la dirigencia del programa en mi universidad en estos últimos dos años, y las cosas que a mi perspectiva he ido entendiendo como injustas a través de situaciones que amistades me han confiado, así como opiniones externas como la de Susana Lezcano que refuerzan mis pensamientos sobre todo lo que conlleva la beca Walton. Sin más que agregar por ahora, doy por finalizado este artículo, y por ende esta sección de Mis Pensamientos.












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