Miedo... de vez en cuando mi mente se llena de él. Me pongo a pensar en cosas malas, cosas que pude mejorar. Por veces, me atormenta. Tengo que aceptar que incluso en ocasiones me he puesto a llorar, rompiendo aquel ahogo que en muchas ocasiones me llega a agobiar.
Las preocupaciones y los miedos son variantes, pero los más habituales tienen que ver con la salud, mi familia, mis estudios y mi futuro en general. El miedo de saber que mis seres queridos e incluso yo mismo, no somos inmortales. El saber que las cosas pueden suceder en cuestión de segundos, y esas cosas pueden cambiar una vida entera.
Miedo de no saber que será de mi futuro, de sentir que no hago bien las cosas. En fin, muchos miedos, a veces juntos, en otras ocasiones mi conciencia se enfoca en un solo miedo.
Hay noches en las que me cuesta más dormir que en otras ocasiones, me recuesto, pero el miedo no se va, sigue allí. Trato de enfocarme en otras cosas, pero no me sirve de mucho. Rezar y dar gracias a Dios, así como pedir a Él por mi familia, me calma, me da un aire de esperanza y de seguir adelante.
Hay noches en las que paso tranquilo y solo me viene uno que otro pensamiento. Últimamente, los pensamientos van en torno a mi salud, y es que yo soy muy ansioso y mi mente es muy hiperactiva, eso quiere decir que cuando un pensamiento se apodera de mi mente, es muy difícil que se vaya. Otra cosa es que, yo tengo ciertos rasgos que se pueden calificar como 'hipocondríacos', es decir que, a veces, cuando busco algún tema relacionado con algún síntoma que tenga, encuentro varias posibilidades, incluyendo enfermedades graves o inusuales, y se me pega en la mente que tengo esa enfermedad.
Aunque estos miedos me atormenten, no diré que me cuesta dormir, porque no es así. Me duermo a los minutos de recostarme en mi cama, pero aún así... no negaré que los miedos son fuertes en algunos momentos. Mi subconsciente se pone algo agudo en las noches, me pongo a pensar demás y allí comienza todo. Creo que lo mejor sería que me relajara un poco, que busque algo de distracción, para que los miedos se vayan desvaneciendo.
Luego de unos minutos pensando en estos miedos, preocupaciones y reflexiones, toca dormir, con la alegría que me da, el despertar del día siguiente.
